jueves, 20 de enero de 2011

Rubens en el Prado

A todos aquellos que hayáis dejado para otro momento ir a visitar la exposición de Rubens en el Museo del Prado, os digo: “Ahora o nunca”. La exposición cerrará sus puertas este domingo 23 de enero.

La exposición se encuentra ubicada en el Edificio de los Jerónimos de dicho museo. El precio de la entrada son 8 euros (con la posibilidad de visitar también la exposición permanente), o 4 euros con la entrada reducida a estudiantes, jubilados, amigos del museo... Además por supuesto, siempre existe la opción de coger una audioguía (3,5 euros) para complementar lo que vemos con información.


Cuando nosotras acudimos a ver la exposición tuvimos la gran oportunidad de que nos la explicara el comisario de la exposición, Alejandro Vergara (jefe de conservación de pintura flamenca y escuelas del norte). Nos contó porque decidieron hacer esta exposición “diferente” a las demás, y nos contó detalles de los cuadros más relevantes.

Cómo os he adelantado antes, en la exposición no encontramos lo habitual. Por ejemplo, no existen las cartelas junto a las obras en las que se lee el título de la obra, su lugar de origen y cronología (el autor, en este caso, sería obvio pues todas las obras son de Rubens); para suplir esta falta, el folleto informativo gratuito no se limitará esta vez a un simple desplegable con información general, sino que tendremos un pequeño libro, con detalles de todas las obras, mucho más completo que las cartelas.

Los organizadores de la exposición decidieron que no pondrían más letras en la sala que tres o cuatro frases en las paredes, dichas por el autor. El Prado es el museo que más obras de Rubens tiene, y esta exposición trata de enseñar al público muchos cuadros que hasta ahora no se han visto, que llevaban mucho tiempo en depósito o los famosos.


Pero sin duda, lo que más sorprenderá al espectador es la colocación de los cuadros. Hoy en día estamos acostumbrados, al visitar una exposición o un museo, a encontrarnos en un ambiente relajado (si tenemos la suerte de no tener a un grupo de turistas cegándonos con sus flashes o una visita de colegio con sus ensordecedoras voces), armónico, equilibrado... Pues bien, en esta exposición no, los cuadros se sitúan muy cercanos unos a otros, sin tener en cuenta que un cuadro muy pequeño parece ahogarse entre dos enormes, o estén colgados tres cuadros en un mismo plano. El orden de los cuadros es cronológico, lo que nos permite ver la evolución de la pintura de Rubens.

La exposición está instalada en el edificio de los Jerónimos, la enorme sala de exposiciones suele compartimentarse en pequeños espacios para diferenciar diferentes etapas, autores... según lo que convenga en cada caso. Una vez más estamos en un caso excepcional, la sala apenas está dividida por un tabique, dando una sensación de amplitud y dejando ver un espacio muy diáfano. Se trata de una forma, dijo Alejandro, de lucir también la sala.


Sin duda esta serie de cambios ha generado críticas, pero también halagos. Yo considero que merece un aplauso, si no nos gusta el cambio, al menos por la innovación. Demuestra que no siempre vamos a encontrar lo mismo en un museo, que son espacios dinámicos que ofrecen actividades distintas cada vez.

Hay expuestas 90 obras, que no me molesto en estropear con palabras. Un consejo, si no estáis muy puestos en mitología clásica, llevar un pequeño diccionario (los hay de bolsillo, que no pesan nada en el bolso) que os permitirá comprender cada detalle de cuadros como Aquiles descubierto por Ulises y Diomedes o El juicio de Paris. También veréis muchas obras de temas religiosos (Lucha de San Jorge y el dragón o la serie de los Apóstoles), o retratos de personajes contemporáneos a Rubens (Retrato ecuestre del duque de Lerma, retrato de María de Médicis...).

Resumiendo, se trata de una visita muy recomendable para todos aquellos interesados en el arte. Contarnos que os ha parecido la exposición, su disposición, vuestros cuadros favoritos y todo lo que queráis.


Fotos: www.museodelprado.es

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